Genética y factores hereditarios del TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) tiene una base genética significativa. Numerosos estudios han demostrado que los factores hereditarios desempeñan un papel crucial en la predisposición al desarrollo de este trastorno. En este apartado, exploraremos cómo la genética influye en la aparición del TDAH, los principales hallazgos en cuanto a los genes implicados, y la interacción entre factores genéticos y ambientales.

Base genética del TDAH

Los estudios de gemelos, adoptados y familiares han proporcionado pruebas convincentes de que el TDAH tiene una fuerte componente genética. Se estima que la heredabilidad del TDAH varía entre un 60% y un 80%, lo que indica que una gran parte del riesgo de desarrollar este trastorno se debe a factores genéticos.

Un estudio importante realizado por Faraone et al. (2005) sugirió que los genes que regulan neurotransmisores como la dopamina, la norepinefrina y la serotonina están relacionados con el TDAH. Estos neurotransmisores son esenciales para las funciones cognitivas que se ven afectadas en el TDAH, como la atención, el control de impulsos y la memoria de trabajo.

Principales genes implicados en el TDAH

Se ha identificado una serie de genes asociados con el TDAH, aunque aún no se comprende completamente su papel exacto. Los genes más estudiados son:

  • DAT1 (Transportador de dopamina 1): Este gen codifica para el transportador de dopamina, que regula los niveles de dopamina en el cerebro. Variaciones en este gen han mostrado estar asociadas con el TDAH, ya que afectan el equilibrio de dopamina, crucial para la atención y el control de impulsos.
  • DRD4 (Receptor de dopamina D4): Variantes en este gen se han relacionado con el TDAH, especialmente en cuanto a la impulsividad y la conducta hiperactiva. En particular, el alelo 7R de este gen se ha asociado con una mayor predisposición a desarrollar TDAH.
  • SNAP-25 (Proteína de la vesícula sináptica): Este gen juega un papel fundamental en la liberación de neurotransmisores en las células nerviosas. Variaciones en este gen se han asociado con dificultades en el control de los impulsos y la regulación de la atención, síntomas característicos del TDAH.
  • COMT (Catecol-O-metiltransferasa): Este gen está involucrado en la degradación de neurotransmisores como la dopamina. Variaciones en este gen pueden influir en el funcionamiento ejecutivo y la atención.

Estudios sobre la genética del TDAH

Numerosos estudios genéticos han buscado identificar la base genética del TDAH. Un análisis genómico realizado por Thapar et al. (2017) reveló que el TDAH está asociado con variaciones en múltiples loci genéticos, muchos de los cuales están relacionados con el sistema dopaminérgico, que regula las funciones cerebrales clave, como la atención, el control de impulsos y la motivación.

El estudio de los gemelos también ha proporcionado datos valiosos. Según un metaanálisis de Faraone et al. (2005), los gemelos monozigóticos (idénticos) tienen una probabilidad significativamente mayor de compartir el diagnóstico de TDAH en comparación con los gemelos dizigóticos (no idénticos), lo que refuerza la influencia genética en el trastorno.

Interacción entre genética y ambiente

Si bien la genética juega un papel importante en el TDAH, los factores ambientales también tienen un impacto significativo. La interacción entre los factores genéticos y ambientales (como la exposición prenatal al tabaco, alcohol o toxinas, la nutrición, y las experiencias de vida tempranas) pueden influir en la aparición y la gravedad de los síntomas del TDAH. Esta interacción se conoce como epigenética, y es un campo de investigación emergente que podría arrojar luz sobre cómo los factores externos influyen en la expresión genética del TDAH.

Factores ambientales que contribuyen al TDAH

Varios estudios sugieren que factores ambientales, como la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo de TDAH. La exposición prenatal al plomo, al alcohol o al tabaco ha sido vinculada a un mayor riesgo de desarrollar TDAH, aunque se necesita más investigación para determinar cómo interactúan estos factores con la predisposición genética.

Genética y diagnóstico precoz

El estudio de los genes implicados en el TDAH podría permitirnos comprender mejor las diferencias individuales en la manifestación del trastorno, lo que, a su vez, podría facilitar un diagnóstico más preciso y temprano. En el futuro, las pruebas genéticas podrían ser una herramienta útil para identificar a las personas en riesgo de TDAH antes de que los síntomas sean plenamente evidentes, lo que podría llevar a intervenciones más tempranas y personalizadas.

Fuentes:

  • Faraone, S. V., et al. «The genetics of ADHD: A review of the current state of knowledge.» Molecular Psychiatry, 2005.
  • Thapar, A., et al. «Genetic Basis of Attention Deficit Hyperactivity Disorder.» American Journal of Psychiatry, 2017.
  • Li, D., et al. «Meta-analysis of genetic association studies of attention-deficit hyperactivity disorder.» Molecular Psychiatry, 2007.
  • Shaw, P., et al. «Attention-deficit/hyperactivity disorder is characterized by a delay in cortical maturation.» Proceedings of the National Academy of Sciences, 2013.
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